El «Barca» y la Crisis del Liderazgo.

Lo del Fútbol Club Barcelona y la situación planteada respecto a la continuidad de Messi, nos ofrece la oportunidad de comentar acerca de los retos y la importancia del liderazgo apropiado. No entraré en consideraciones de como se llegó a esto, sino lo que ha significado el 2-8 ante el Bayern y la crisis desatada a partir de ese momento.

Debe estar claro al menos, que dicho resultado es principalmente, la consecuencia de una gestión inapropiada en el área técnica y de las decisiones en todos los campos de una directiva hoy cuestionada. Sin embargo lo ocurrido a raíz de ello amerita un análisis, así sea muy breve.

Ante el tamaño de la crisis, el presidente (con al menos una parte de la junta),  debía haber reunido al equipo. Asumir la cuota de responsabilidad correspondiente, escuchar (dejar desahogar la frustración) a los protagonistas (todos profesionales) y buscar generar cohesión en el mismo para el cambio de rumbo deportivo, cuyo primer paso es la direccion técnica y el segundo el entrenador y su equipo de apoyo.

Este proceso clave hasta donde se ha sabido no tuvo lugar, por el contrario, se designa un entrenador cuyo primer trabajo es identificar las bajas del equipo. Gravísimo comienzo para quien pretenda liderar proyecto alguno. Jamás un liderazgo recién llegado y sano puede talar sin sembrar previamente. Es llegar al lugar de un incendio rociando gasolina. Un recién llegado con una junta cuestionada, el liderazgo deportivo afectado y en lugar de comenzar sumando, se inaugura restando. Mal inicio para cualquier entrenador.

Para colmo, la primera baja ocurre de la forma menos indicada, sin siquiera contacto personal. Sigue luego que el jugador insignia del club (y de este deporte en general), haciendo una interpretación a su contrato, via burofax, se plantea la rescisión de su contrato. Cayendo de igual forma en responder con la misma moneda. Un error ahora se devuelve con un horror.

Por si fuera poco, los medios informan de la intención del Presidente del club de dimitir si eso permite la continuidad del jugador. De error a horror a tragedia.

Lo del Barcelona en este momento tendrá un costo institucional sin precedentes. Falló la capacidad ejecutiva de la directiva, encabezada claro por su presidente, se obró echando manos de las peores prácticas posibles y hoy, ya todos pierden.

Perdió el club que tiene una crisis institucional de difícil salida con los protagonistas actuales, perdió el equipo en su área deportiva, que lejos de aprovechar la crisis para cohesionar el equipo, sumar voluntades y comprensión a la inevitable transformación interna, privilegió el uso arrollador del poder generando un ambiente tóxico y costoso para el nuevo proyecto, perdió el nuevo entrenador cuyo liderazgo tendrá que ser reconducido siendo difícil de reconstruir sobre bases solidas (ya quedo retratado) y perdió Messi, que hace inviable su continuidad (seria insensato que se mantuviera), saliendo de manera a contrapelo de toda su trayectoria y afectando su legado futbolístico en el club al cual dio y recibió todo.

El resumen es simplemente una carencia notoria de habilidades de liderazgo de gestión, que sigue viendo principalmente recursos e intereses en lugar de reconocer en adición a  humanos y legados.

Que se mueve desde la arrogancia que suele envenenar a quienes en posiciones de mando, no tienen la fortaleza interna necesaria, ni la humildad y capacidad de construir desde las oportunidades aun presentes en un sistema que reconoce su necesidad de cambio, pero que se deja de lado al momento de definir el nuevo destino.

Un quiebre institucional resultado de una carencia notoria de liderazgo, antes y ahora.