Valores

Es común escuchar hablar de la importancia de los valores. Sin duda, lo que nosotros valoramos define el como nos comportamos. Cuando alguien «valora» la familia, tiene comportamientos que la honran, protegen y enaltecen.

Los valores son el mecanismo mediante el cual conectamos lo que podemos ver y observar: los comportamientos, con lo que no podemos ver y que esta arraigado tanto en el consciente como en el inconsciente: las creencias.

Cuando hablamos de cambios permanentes de comportamiento, debemos acercarnos a la comprensión de que los mismos no ocurrirán sin un cambio en la creencia o creencias que soportan el comportarnos de una forma y no de otra.

Recompensas o castigos, solo producen cambios temporales de comportamientos, que suele ser el tiempo que toma en agotarse el beneficio de la recompensa o el temor a la represalia.

Los «valores» por tanto, no se pierden, ni se enseñan. Lo que valoramos es el resultado de la «historia emocional de vida» de cada uno de nosotros. Las creencias que dan forma a nuestra personalidad y que tienen que ver con la cultura en la cual crecimos, el sistema de creencias de nuestros padres, la religión que heredamos (así es en la mayoría de los casos), y la cultura de la sociedad en la cual crecemos, entre muchos otros factores.

Por último en esta breve descripción, las creencias nos separan y han sido la fuente primordial de conflictos. Para trascender las limitaciones del sistema de creencias debemos de-construir nuestra mente, para que podamos ser los arquitectos de nuestro futuro y no la víctima de las circunstancias de vida. Para que podamos responder en lugar de reaccionar.

Al entender y aceptar que todo evento es neutro, al liberarnos de la prisión de los prejuicios, nos acercaremos a la dimensión humana. Mientras operemos desde la mente condicionada, y vivamos con el «piloto automático» conectado, somos en mi criterio animales racionales. Ser «humano» significa ser dueño de tu vida, para lo cual la mente debe estar libre de todo condicionamiento.

De la misma forma que la persona física necesita cuestionar y cambiar sus creencias para la transformación, la persona jurídica necesita desprenderse de las creencias y paradigmas heredados de la revolución industrial para poder tener un «comportamiento» distinto, mas profundo y abarcador.

Las iniciativas tradicionales de transformación de estas dos «personas» no pueden realizarse solo  desde el saber y el intelecto. Parece que se acerca el momento para cuestionar los  paradigmas prevalecientes y así incorporar la dimensión de la consciencia en ambos seres.

Consultor internacional y escritor (venezolano, español). Agente de transformación de las organizaciones y sus lideres. Especialista en los procesos de integración cultura y estrategia, profesionalización de empresas familiares y “Turn-Arond” de negocios en crisis. Facilitador y Certificador de Barrett Values Centre

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *