Certificación en el Modelo Barrett.

Más de quince años ya ofreciendo los modelos y herramientas de Richard Barrett como mecanismo para integrar en un solo ser la estrategia y la cultura en las organizaciones de todo tipo. Una pausa ahora, que regala la perspectiva de transformación en el proceso mismo de certificación, sus medios pero sobre todo sus fines, para alinearnos con un entorno social y económico muy distinto al de los inicios.

Gracias a Richard por la enorme contribución al incluir el tema de conciencia en el mundo de las organizaciones y por ofrecer un modelo profundo en el que cada quien habrá de crecer en la comprensión del mismo, en función de su evolución individual. Es un modelo que te acompaña y se estira contigo en tu proceso, y ayuda a dar perspectiva a la experiencia. Hablar de los niveles de consciencia como un mapa para la evolución, no acepta por su integridad hacerlo solo desde el conocimiento, se amerita vivir el proceso mismo para poder hablar también desde la experiencia.

Se inició como un un curso práctico, pero muy valioso, para conocer y aplicar herramientas a fin de caracterizar, me resisto a usar la palabra medir, culturas de equipos, organizaciones e incluso estilos de liderazgo. Evolucionó luego a apoyar procesos de transformación cultural, vista la misma como un soporte para la materialización de la estrategia definida por la alta gerencia o dirección.

La flexibilidad de BVC, al permitir incorporar la experiencia del facilitador en estos procesos, me invitó a incluir en la parte formal del mismo, la experiencia propia y los crecientes llamados a trascender la visión de cultura al servicio de la estrategia y colocar en el centro mismo de los objetivos de este proceso de certificación, el entender a la cultura como el principal elemento diferenciador del modelo de negocios y la fuente emergente de valor posiblemente más valiosa para las organizaciones.

Hoy presentamos los siete niveles de consciencia como un mapa para la evolución del humano y los sistemas humanos. Nos tomamos el tiempo para valorar la viabilidad del sistema todo, de caracterizar y valorar activos y pasivos del modelo prevaleciente de negocios y de la administración científica como soporte del mismo. A redefinir el concepto de liderazgo al desacoplar las funciones del gerente que administra y del líder que inspira. Incluso a entender que la reputación de las organizaciones tiene más que ver con lo que somos que con lo que hacemos, aún y cuando dicho potencial yace latente en el inconsciente del colectivo. Y claro, a presentar los ejemplos de los caminos recorridos por corporaciones que nos han honrado con el privilegio de acompañar y guiar sus procesos según este enfoque.

Siento que ya no hay mucho espacio para el proceso formal de «aprendizaje», menos aún para aproximarnos a los temas de cultura solamente desde el saber. Los procesos de interacción de cuatro días que hoy adelantamos son espacios para una profunda introspección, para cuestionar los paradigmas heredados y que habitan la mente condicionada: son invitaciones al despertar individual y  corporativo. 

Si, habrá la teoría del modelo y las herramientas, que ratifico sin temor a equivocarme son de enorme valor para ejecutivos y organizaciones, al igual que para los consultores que las aplican, pero sobre todo, en este proceso social que a todos nos engloba y que me atrevo a caracterizar como un «cambio de época»,  ofrecer un espacio  y guiar un proceso colectivo entre los participantes, para mirar con otros ojos, aquellas variables que día a día seguimos viendo desde el filtro de nuestra historia de vida y de la experiencia profesional.

Si sientes que los enfoques tradicionales en el tema de cultura organizacional ya alcanzaron su punto de rendimiento decreciente, si estás por tanto en la búsqueda de algo distinto, más profundo y abarcador, si sientes que es el momento  de comenzar a alinear tu profesión con tu misión, nos encantaría contar contigo.