Presencia y prestancia

De madurez destacada e inocultable experiencia de vida. Elegante y siempre formal. Ejecutivo de alto nivel en una de las mas prestigiosas instituciones en Bogotá. Cliente hoy y antes, ahora ya un amigo sobrevenido al calor de conversaciones profundas, de visiones compartidas y del buen vivir que de familia y tradición lo acompañan y de lo cual me beneficio cual lento aprendiz de buenas costumbres y refinados hábitos.

 Bogotá, ciudad de amigos e historia que comienza para mí en 1987. Poco más de treinta años ya del primer viaje, que deja ver claramente la evolución en seguridad y oportunidades y que marca enorme contraste con su principal vecino e histórico hermano.

Alejandro es su nombre, el mismo que la historia atesora para grandes personajes, quien luego de un día de trabajo apoyando el desarrollo de liderazgo, entendido el mismo como el proceso de dejar emerger el propósito de vida mientras nos hacemos conscientes y abandonamos temores que se esconden en el ego, me invita a compartir otra jornada de reflexiones que gustan cuestionar el status quo de lo que hacemos corporativamente, al punto de tener que acompañarlas con un destacado vino que alimente la pasión por explorar nuevos caminos en buena compañía.

 …”No podemos solo ver clientes, en toda transacción comercial, tenemos que pensar como hacemos llegar el legado corporativo a la sociedad que incluye y trasciende lo que entendemos como clientes. Movernos de ver objetos de interés a sujetos de atención, de pensar no solo en cuanto obtenemos sino que dejamos, mas allá claro de productos y servicios”

 Nos comparte Alejandro que en su vida, desde niño en su casa todo evento era una ceremonia. Formalismo y modales para el evento principal de la familia, la comida, donde nadie se sentaba a la mesa hasta que lo hacia su madre…. “hijo, no importa lo que vaya a comer, no importa lo simple o sencillo que sea lo que coma, entienda que la presentación siempre ha de ser la mejor”

 ….»Se va aceptando la invitación a indagar cual es el legado o impacto que la persona jurídica debe dejar en la sociedad. Va emergiendo la comprensión de que hacer bienes sin hacer el bien no es suficiente, que crear valor económico sin el sustento de valor social ya es abiertamente cuestionado, y que está cada vez mas claro que eventualmente entenderemos que no nos debemos a los clientes sino a la sociedad toda».

 Hermoso club y deliciosa cena, velada mágica en la cual el ceremonial de la clase y los mejores modales, fueron el sustento de las conversaciones en las cuales pongo mi vida.

Gracias Alejandro, Diego, Sandra, Pepe y Andrés. Un evento que la compañía, la atención al detalle y exquisito trato, me dejan el sabor del inmenso placer de compartir caminos no comunes, con gente sin duda muy especial.

 

Consultor internacional y escritor (venezolano, español). Agente de transformación de las organizaciones y sus lideres. Especialista en los procesos de integración cultura y estrategia, profesionalización de empresas familiares y “Turn-Arond” de negocios en crisis. Facilitador y Certificador de Barrett Values Centre

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