Ciclo De la Revolución Industrial a la Evolución Empresarial (1 de 5): Contexto.

Todo sucede muy rápido. En la vida del planeta, un segundo equivale a 145 años en una escala anual. Lo que nos impacta no son los cambios es la velocidad de los cambios, en menos de medio segundo del año equivalente de vida del planeta, hemos desarrollado todo lo que conocemos. Los eventos en 7 meses del 2020 pareciera que equivalen a las noticias de 5 años.

Sentimos ahora que pocas cosas son predecibles, dominan las demandas del presente por sobre los planes formales de futuro. El COVID-19 es una especie de despertador de consciencia que nos hace ver que todos estamos interconectados y relacionados y que somos interdependientes.

Desde la perspectiva del proceso Venezolano, nuestra vida personal esta limitada, la profesional afectada y trastornada, la familiar en muchos casos desecha

Pero incluso a nivel global parece que vivimos en turbulencia, no hay flujo laminar, las ecuaciones conocidas no funcionan, que el sistema de valores principalmente egocéntrico, basado en poseer, crecer, competir, acumular, destacar, triunfar, ya no luce adecuado ni suficiente para lo que viene. Es una sensación extraña, la que ocurre cuando experimentamos un cambio de época, no una época de cambio es sentir que estamos en un punto de inflexión del sistema mismo de valores y del nivel de pensamiento. En estar realidad vivimos hoy nosotros, operan las empresas y se debaten los políticos.

En los últimos 60 años hemos tenido avances sin precedentes, a través del diseño, desarrollo, producción y comercialización de innumerable cantidad de bienes y servicios destinados a mejorar nuestra vida, a hacerla más cómoda y segura. Los avances científicos y tecnológicos no dejan de maravillarnos y de ofrecer oportunidades hace poco ni soñadas para mejorar las condiciones de vida. Desde la primera revolución industrial con la industrialización temprano el siglo pasado hasta la hoy denominada era digital, hemos recorrido un camino de avances científicos impresionantes, de medios para una vida mejor. Hemos elevado casi al altar de lo sagrado el modelo de producción capitalista y su motor: la empresa con fines de lucro.

Pero de la mano de esos avances, y del crecimiento poblacional se va haciendo cada vez más clara la inviabilidad del sistema todo. Que nos llenamos de bienes de valor económico, pero escaso valor para la vida. Que estamos cada vez más fragmentados, divididos, en conflicto, en crisis de todo tipo. Como si de golpe nos percatamos que el planeta es pequeño y nosotros muchos o que la biosfera no crece y nosotros si, que lo que ocurra en China nos afecta a todos, que compartimos un hogar único e irrepetible, pero que en cada cuarto hablamos idiomas distintos, comemos cosas diferentes, nos divierten espectáculos distintos…y que todos compiten por gobernar, controlar, producir, consumir y usufructuar, una situación en la cual las razas nos separan, las ideologías políticas y religiosas nos enfrentan,  el dinero nos clasifica y las nacionalidades nos distancian.

Esto lleva a un estado de crisis personales, familiares, empresariales, sociales y políticas, de las cuales nuestra querida Venezuela es punta de lanza, pero que amenaza con su presencia en otros países, generando una crisis ahora de orden global. Presenciamos una crisis del modelo de desarrollo y de convivencia.

Un caldo que ha cultivado el virus de la inconsciencia y que esta dejando fuera de sitio a los liderazgos religiosos, sociales, económicos y políticos, invitando a redefinir el concepto mismo de liderazgo.

En este contexto de creciente cuestionamiento al modelo de desarrollo capitalista, de libre mercado, se desarrollan con mucha fuerza y pocos o ningún escrúpulo, movimientos auto-denominados progresistas,  de izquierda, que tomando el dinero que produce el sistema que cuestionan y atacan, suman resentimiento e ignorancia, para apalancarse en las carencias de una creciente mayoría que se siente excluida de los beneficios del modelo de desarrollo y llegan al poder para confrontar y destruir, incapaces de construir sobre algo distinto a lo que desprecian.

Un sistema que privilegia lo público sobre lo privado, pero usando el dinero que generan los últimos para aplicarlo a la oferta y no la demanda, generando estructuras del estado que concentran el poder y los privilegios que ellos critican en los otros. Un modelo donde lo privado busca acumular riqueza y lo público busca acumular poder.

Presenciamos y nos desgastamos, en un debate estéril ente si comunismo, socialismo o capitalismo. El comunismo trae represión y muerte, el socialismo segregación y miseria y el capitalismo desigualdad social e insostenibilidad ambiental.

No podemos mutilar al ser humano entre esa falsa dicotomía de derecha o izquierda, entre el competitivo y el compasivo, el individualismo o el colectivismo, lo privado o lo público es desde adentro, de adentro del ser que debe emerger el camino que integrar los avances de la ciencia con el despertar de la consciencia. Es necesario un punto de encuentro, que las ideologías hoy no favorecen ni permiten.

El modelo egocéntrico se agotó, hace falta un cambio de paradigmas, para dar forma a una nueva era. En este proceso, lideres y empresas tendrán un rol protagónico. En el siguiente bloque comienzo con ello.

Consultor internacional y escritor (venezolano, español). Agente de transformación de las organizaciones y sus lideres. Especialista en los procesos de integración cultura y estrategia, profesionalización de empresas familiares y “Turn-Arond” de negocios en crisis. Facilitador y Certificador de Barrett Values Centre

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