10N y un gobierno «progresista»

Lo que ocurre en España, los resultados de las elecciones de ayer, apuntan a un deterioro acelerado de las condiciones que soportan la prosperidad y por tanto la calidad de vida y consecuentes condiciones para la convivencia y paz social.

Reconociendo que la prosperidad individual y familiar no tiene tanto que ver con  el crecimiento de la economía, como es cada vez más evidente, pienso que el reto que enfrenta la sociedad española no es ya la desaceleración o incluso una recesión en su economía, sino la pérdida de calidad de vida de la mayoría de la población como resultado de lo que significa el populismo que emergerá del pacto PSOE – UP, de materializarse como anunciaron ahora, y del impacto que en la competitividad empresarial tendrán las medidas que irremediablemente estos auto-denominados «progresistas», pero que representan lo contrario, significarán para este Pais.

Nos acercamos, es mi sentir, a los tristes destinos de las antiguas «colonias suramericanas», que entre comodidad sin merecimiento y derechos sin deberes, han devenido de manera lenta pero continua en un deterioro de las condiciones para una mejor vida de la mayoría de sus pobladores, al abrazar mal llamados liderazgos que ofrecen vivir por encima de las capacidades, culpando siempre a terceros de las desgracias, mientras ellos, que todo lo controlan y deciden, se enriquecen sin medida, control, ni vergüenza, ciegos de poder y sordos al dolor, buscando evadir toda culpa.

Creo que en corto plazo  se reducirá el gasto de inversión privada,  aumentará el desempleo, desaparecerá el ahorro y aumentará el gasto público sobre una base de tasación fiscal inmoral que castiga el que produce y premia al que no produce. Receta harto conocida en la mayor parte de Latinoamérica, que aún no logra sacudirse un discurso populista que promete mejor vida para terminar quitando las condiciones de vida y las libertades que la hacen digna.

En este contexto politico, que encuentra su combustible en la nefasta combinación de ignorancia e inconsciencia, me pregunto si los accionistas de las empresas y sus directivos del más alto nivel, esas personas que han captado y capitalizado todo el potencial que ofrece lo mejor de un sistema de libertades, que tienen excelente formación, no sienten que no pueden o al menos deben, seguir ajenos a asumir la responsabilidad de estos abismos a los cuales nos lleva una minoría cegada por el poder y resentimiento, una mayoría inconsciente y dolida y ellos como líderes empresariales enfocados en su ombligo sin ver el organismo.

Perderán sus negocios entre discursos y acciones de la importancia de mercados y clientes, entre declaraciones e iniciativas sin peso ni impacto de propósito y felicidad organizacional, cultura ágil y liderazgo efectivo, mientras siguen sin cambio alguno de fondo con las mismas  políticas y procesos, sistemas y  estructuras, estrategias y objetivos.

Mientras la sociedad se hunde en manos de populistas, el empresariado lucha como siempre haciendo lo mejor de lo que nos sumerge en lo más oscuro de esta tragedia, mientras ellos no ven otro camino que fusionarse para crecer y sacar competidores, en un mantra de negocios que busca crecer, competir y acumular para hacer más, mejor, más rápido y más barato, mientras el populismo arrasa con el poder de compra en sus mercados, limita sus libertades económicas, pecha sus enriquecimientos y los acusa por su inconsciencia.

Que oportunidad de valor tan grande, que necesidad de transformación tan profunda en las empresas, pero no hay forma de capitalizar algo de este enorme valor, sin un cambio de paradigmas que ilumine incluso una compresión distinta y mas abarcadora de la naturaleza, fines y medios de las personas jurídicas, para no solo satisfacer clientes sino resonar con sociedades.

Mención aparte, ahora por lo social y ya no solo por lo económico,  merecerá el impacto que sobre el concepto de la nación española y su integridad, tendrá el costo del apoyo del separatismo para formar «gobierno».

Como suele decir un gran amigo, «agárrense de la brocha, que se llevan la escalera»….

 

 

Consultor internacional y escritor (venezolano, español). Agente de transformación de las organizaciones y sus lideres. Especialista en los procesos de integración cultura y estrategia, profesionalización de empresas familiares y “Turn-Arond” de negocios en crisis. Facilitador y Certificador de Barrett Values Centre

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